miércoles, 30 de enero de 2013

" Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo..."


Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,
botón de pensamiento que busca ser la rosa;
se anuncia con un beso que en mis labios se posa
al abrazo imposible de la Venus de Milo.

Adornan verdes palmas el blanco peristilo;
los astros me han predicho la visión de la Diosa;
y en mi alma reposa la luz, como reposa
el ave de la luna sobre un lago tranquilo.

Y no hallo sino la palabra que huye,
la iniciación melódica que de la flauta fluye
y la barca del sueño que en el espacio boga;

y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente,
el sollozo continuo del chorro de la fuente
y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.






En este poema de Rubén Darío, podemos diferenciar cuatro estrofas de versos alejandrinos que riman  en consonante ABBA.
El autor huye del mundo real hacia un mundo mitológico lleno de fantasía. Aparece el tema de la mitología en versos como el cuarto, sexto, doceavo. 
Podemos apreciar que los dos últimos párrafos comparten la misma estructura sintáctica. 
El poeta nicaragüense utiliza un lenguaje muy cuidado y muy culto.
Intenta alcanzar la perfección comparándola con figuras mitológicas.



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